Juegos con cartas de poker
Pongámonos en situación. Estás pasando el día con amigos en la casa del pueblo, de barbacoa en el chalet de tu primo o te has ido a pasar el fin de semana al apartamento de la playa con los colegas. Estáis aburridos. Alguien toma la iniciativa y, tras registrar algunos cajones, aparecen unas cartas de poker. Vaya, lástima que no todos sepan jugar al poker.
Entonces, ¿a qué jugamos?
¿Alguna vez te ha pasado esto o algo parecido? Te traemos la solución.
Las cartas de poker, obviamente, se usan para jugar a poker, pero también existen otros muchos juegos, algunos muy conocidos, con los que podemos divertirnos con la baraja inglesa o francesa. Te explicamos cinco de los más conocidos y divertidos, para que no te puedas aburrir nunca.
Juegos con cartas de poker. El blackjack
El blackjack (también conocido como el 21)es uno de los juegos más famosos a los que podemos jugar con cartas de poker. Se trata de un juego ágil y sencillo en el que, además, contamos con el aliciente de las apuestas, que siempre le dan al juego un punto extra de emoción.
En este juego es importante tener claro el valor de cada carta.
- As: 11 puntos
- K,Q,J,Diez: 10 puntos
- Con todas las demás, su cifra, equivale a los puntos. Por ejemplo: el dos vale 2 puntos, el tres vale 3 puntos, el cuatro vale 4 puntos, etc.
El objetivo del juego es acercar el valor de nuestras cartas a 21, pero sin pasarse. Si se llega a esta cifra con dos cartas (As + figura) se dirá que has conseguido un blackjack, si no, se dirá que has conseguido un 21. Pero para todo esto, lo primero que hay que hacer es elegir quién será la banca. El papel de ésta es importante, ya que, el juego consiste en ir todos contra la banca, además, es quién se encarga de repartir las cartas. Cuando la banca tenga 17 o más puntos tendrá que plantarse por norma.
Una vez elegida la banca, puede empezar el juego. Después de poner la apuesta inicial, se repartirán (boca arriba) dos cartas a cada jugador y otra, también, para la banca. A partir de hay los jugadores tomarán su decisión por turnos.
Durante su turno, cada jugador puede decidir no actuar, en cuyo caso jugará con la puntuación inicial contra la banca.
También puede pedir una carta para mejorar su mano y acercarla lo máximo posible a 21. De hecho, puede pedir las cartas que quiera, pero, si se pasa de 21, perderá y sus cartas serán retiradas, así como su apuesta.
Otra opción será la de doblar su apuesta. Si el jugador considera que sus dos cartas iniciales son bastante buenas, puede apostar el doble de lo que haya apostado al principio. Si recurre a esta acción, la banca le repartirá una carta como máximo.
En caso de que las dos cartas iniciales tengan el mismo valor, el jugador podrá dividir la mano en dos manos independientes y competirá dos veces contra la banca. Primero lo hará con una de las cartas y, cuando se plante o se pase, seguirá con la otra. Aunque se alcancen los 21 con dos cartas, no se considerará blackjack.
En el caso de que la carta que se reparta a la banca sea un As, los jugadores pueden hacer una “apuesta seguro”. Consiste en dejar apostado la mitad de la apuesta inicial, además, de la misma apuesta inicial. Si, finalmente, la banca consigue un blackjack el jugador perderá la “apuesta seguro”. Si no es así, y se pierde la partida, se perderán las dos apuestas.
En cuanto al reparto de las apuestas hay que tener en cuenta todas las posibilidades. Si el jugador gana a la banca sin que ninguno de ambos tenga un blackjack, el pago será en proporción de 1 : 1 (Si apuestas 4, recibirás 8)
Como es lógico, si empatas, te quedas con lo apostado, y si te derrota la banca, perderás lo apostado. Y si el jugador consigue un blackjack y la banca no, el reparto será de 3 : 2 [si apuestas 4, recibirás 10. Es decir, 4 + (1.5 x 4)]
En el blackjack, puedes estar jugando durante horas y no acabar nunca. Por ello, se toman medidas como, aumentar las apuestas mínimas conforme se van pasando rondas, variar las apuestas en función al número de jugadores (menos jugadores más apuesta) y que la banca siempre empiece con más dinero (o fichas) que los jugadores.
Juegos con cartas de poker. El ocho loco.
Se puede decir que dentro de los juegos con cartas de poker, es uno de los más amenos y divertidos. Es sencillo de entender y las partidas no son demasiado largas, por lo que es ideal para jugarlo en ambientes relajados.
El objetivo del juego es quedarte sin cartas en mano. Para empezar, se reparten ocho cartas a cada jugador y, el repartidor, dejará la última carta que tocaría repartir, boca arriba en el centro de la mesa, junto al mazo sobrante.
El primer jugador en entrar en acción podrá tirar una carta cuya cifra sea igual a la que hay en el centro de la mesa. También puede tirar una carta del mismo palo que la que hay en el centro de la mesa.
El siguiente jugador, tendrá que hacer lo mismo y, así, sucesivamente. En caso de que alguien no pueda echar ninguna carta, estará obligado a coger una del mazo. Aunque cualquiera puede robar, aún teniendo opciones para tirar alguna carta.
Hasta aquí, este juego con cartas de poker, no tiene ningún misterio. Para darle un poco de chispa, están las cartas especiales, que nos permitirán hacer algunas acciones en el juego.
- Cuando un jugador tire un As, obligará al siguiente a robar tres cartas del mazo. Si es un 2, obligará a robar dos cartas. Y si es una J, robará una carta.
- Si alguien tira un 3, el siguiente perderá su turno.
- Si es un 7, todo el mundo deberá permanecer en absoluto silencio. Si alguien habla, robará una carta por cada frase dicha.
- Si un jugador tira un 10, cambiará el sentido del juego.
- Y por último, el 8 se usa como comodín y, además, permite al jugador elegir el palo sobre el que se va a seguir jugando.
Cuando a algún jugador le falte solo una carta por tirar, deberá decirlo en voz alta (“¡me queda una!” o “¡última!”). Si no lo hace, será señalado por el resto de jugadores y tendrá que robar una carta.
Al final, el primer jugador que se quede sin cartas, será el ganador del juego.
Juegos con cartas de poker. El mentiroso.
Uno de los juegos más populares y divertidos a los que podemos jugar con cartas de poker. Tendrás que estar muy atento a tus rivales, ya que, deberás saber cuando te están mintiendo.
El objetivo de este juego es quedarse sin cartas en la mano. Para ello, se empieza repartiendo, por igual, todas las cartas de la baraja. El primero en empezar será el que se siente a la derecha del repartidor, por lo que el sentido del juego será antihorario.
El primer jugador tiene que poner en el centro de la mesa las cartas que quiera (boca abajo). Al hacerlo, tendrá que decir qué es lo que está tirando. Siempre se tienen que decir cartas con el mismo valor o figura, aunque se puede mentir.
Por ejemplo: el jugador tira 2 cartas con el ocho y otra con el siete, pero cuando las tira dice “tres ochos”. El jugador miente, pero ahora le toca al siguiente decidir si le cree o no.
- Si se cree lo que ha dicho, el jugador tendrá que seguir tirando cartas del mismo valor de las que ha dicho su rival. Claro, podrá mentir.
- Si no se cree lo que ha dicho, se levantarán las cartas que ha tirado y se descubrirá la verdad. Si resulta que decía la verdad, el jugador que ha girado las cartas se llevará el mazo acumulado en ese momento. Si, efectivamente, mentía, será el jugador mentiroso el que se lleve las cartas.
Si en algún momento algún jugador tiene cuatro cartas del mismo valor, podrá descartarse y quitárselas de encima. El primer jugador que se quede sin cartas en la mano ganará.
Y con esto acabamos.
Con estos tres juegos de cartas podrás alternar con el poker sin necesidad de tener otra baraja distinta. Pronto traeremos más opciones, hasta entonces disfruta de estos juegos clásicos con cartas de poker.